Con la edad, el tejido cartilaginoso de varias articulaciones se deteriora gradualmente, lo que se acompaña de la destrucción tanto de la propia cápsula articular como de los elementos que la rodean. La osteoartritis de la articulación de la rodilla (también gonartrosis) se denomina degeneración del cartílago de la rodilla. Al principio, la enfermedad se acompaña de dolor, que posteriormente puede provocar una importante limitación de los movimientos e incluso discapacidad.
Síntomas de artrosis de rodilla.
El síntoma principal de la artrosis es un dolor de rodilla poco frecuente, regular o interminable. Los síntomas más comunes son:
- dolor al cambiar de posición, subir escaleras;
- dolor en reposo;
- rigidez en la rodilla después de dormir, primero por un corto tiempo, luego hasta 30 minutos;
- sonido crujiente y agudo acompañado de dolor;
- problemas con el movimiento de la articulación de la rodilla, raramente: incapacidad para doblar la rodilla;
- deformación visual de la articulación de la rodilla;
- hinchazón de la piel cercana;
- cojera (un síntoma característico de una etapa avanzada).
4 grados de patología
La manifestación de los síntomas depende en gran medida de la etapa de desarrollo de la enfermedad. Por ejemplo, durante la primera etapa el paciente puede no sentir dolor, pero en la etapa 4 de la patología el dolor es pronunciado y los movimientos son muy difíciles. El desarrollo de la patología se divide en 4 grados:
- La primera es que no hay síntomas como tales, pero durante una radiografía el médico puede detectar pequeñas desviaciones del estado normal.
- El segundo es el dolor episódico, que se observa principalmente durante la actividad física, al cambiar de posición, ponerse en cuclillas o subir escaleras.
- En tercer lugar, el dolor es intenso y aparece constantemente, incluso en reposo. En este caso, caminar sólo es posible con el uso de un bastón. Una radiografía revela un estrechamiento significativo del espacio articular, degeneración del menisco y proliferación de tejido óseo.
- Cuarto, los movimientos de la rodilla son difíciles o incluso imposibles. Las radiografías muestran una destrucción completa del tejido cartilaginoso y, a veces, los huesos comienzan a fusionarse.
¡Importante! Incluso si experimenta dolor ocasional en la articulación de la rodilla, debe consultar a un médico y hacerse una radiografía. Si la enfermedad se detecta a tiempo, las posibilidades de recuperación son mucho mayores.
Diagnóstico de la enfermedad: adónde acudir.
Para el diagnóstico, el paciente recurre a un terapeuta, luego acude a un ortopedista, reumatólogo, vertebrólogo o kinesioterapeuta (según la dirección). El diagnóstico implica entrevistar, examinar al paciente y realizar una serie de procedimientos:
- análisis generales de sangre y orina;
- Radiografía;
- tomografía computarizada;
- resonancia magnética;
- Ultrasonido para estudiar la cápsula articular de la rodilla, así como las estructuras vecinas: tejido muscular, tendones;
- punción articular (recolección de líquido para análisis);
- artroscopia (inserción de una pequeña cámara en la articulación para un diagnóstico preciso).
Tratamiento de la artrosis de la articulación de la rodilla.
El curso del tratamiento lo prescribe un médico. Si la enfermedad no está avanzada, se puede utilizar una terapia conservadora (sin cirugía). En este caso, están indicados medicamentos y procedimientos fisioterapéuticos. Como regla general, el tratamiento es complejo: el paciente utilizará medicamentos de diferentes grupos:
- medicamentos antiinflamatorios no esteroideos para aliviar el dolor: diclofenaco, ibuprofeno y medicamentos a base de ellos;
- medicamentos hormonales (grupo de corticosteroides): se usan en caso de ineficacia de otros medicamentos;
- antiespasmódicos: "tolperisona" y sus análogos;
- condroprotectores – medicamentos que estimulan el proceso de restauración del tejido del cartílago: “sulfato de condroitina”, “glucosamina” en combinación y por separado;
- medicamentos que estimulan la saturación de la sangre con oxígeno, nutrientes y mejoran el flujo sanguíneo ("pentoxifilina", "ácido nicotínico" y otros).
Los medicamentos se usan en diferentes formas: externamente (ungüentos, geles), por vía oral (tabletas), por vía intramuscular e intraarticular (inyecciones). Junto con los medicamentos, si es necesario, el médico puede prescribir los siguientes procedimientos:
- terapia de ondas de choque;
- terapia magnética;
- terapia con láser;
- electroterapia;
- fonoforesis;
- ozonoterapia.
En casos extremos, cuando el uso de medicamentos y procedimientos durante mucho tiempo no produce el efecto deseado, y también si la enfermedad está muy avanzada, el tratamiento sólo es posible mediante cirugía. Son posibles varios tipos de operaciones:
- osteotomía: el cirujano corta un hueso y cambia su ángulo para reducir la carga total en la articulación de la rodilla;
- artrodesis: en este caso, el médico une los huesos, lo que elimina la movilidad y reduce el dolor, como resultado de lo cual la persona puede apoyarse en la pierna;
- Endoprótesis: sustitución total de la articulación afectada por una prótesis.